Un centro educativo no es solo sus profesores y alumnos; es toda una gran comunidad: padres, conserjes, personal de mantenimiento, limpieza, del bar...Son muchas, muchísimas, las personas que hacían de Vall d'Hebron un lugar único. Imposible nombrar a todo el mundo, personal y compañeros, no solo de dibujo, que han pasado y dejado huella, aunque  tengo que nombrar al divertidísimo grupo de viajes del primer Comenius: Manel López, Carmen García y Sergio Vivas.

Construir siempre es lento y difícil; destruir, en cambio, es demasiado fácil. Somos víctimas de decisiones políticas frías e injustas. El cierre de las líneas del instituto ha dejado un vacío difícil de llenar para quienes formamos parte de él. Pero, como dice Miquel Barceló, al fin y al cabo todo el Arte es efímero, si se lo mira con la suficiente distancia.

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Quiero destacar especialmente a mis compañeras Maria Brugués, Laura Murillo, Amparo García, Montse Fiol, y Muntsa Pous, con las que con tanta ilusión hicimos esta web. También quiero hacer una mención  a Josep Planas, con quien tuve el honor de coincidir la primera vez que trabajé aquí, que me hizo amar el dibujo, y del que aún hoy sigo aprendiendo. Y, por supuesto,  mi querida orquesta del Titanic, con los que he tenido el placer de trabajar: Rafael Lamas, Anna Serra, Rosi Luque y, de nuevo, Laura Murillo. 

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Esta web, que nació como herramienta para realizar unas puertas abiertas en plena pandemia, queda aquí  ahora como mi pequeño homenaje a los alumnos y a todos los profesores de dibujo que han pasado por este instituto a lo largo de los años. Gracias a todos los alumnos por su ilusión, trabajo, creatividad y entusiasmo.

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Un instituto así, si no hubiera existido, habría que inventarlo.

Ana Pomar